domingo, 29 de julio de 2012

Los ángeles también mudan

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Dicen que existen ángeles conviviendo con nosotros.
Y dicen que son invisibles, aunque yo sé que no lo son.  Es nuestra mirada repleta de límites la que les otorga esa supuesta invisibilidad.  La velocidad del mundo moderno y la falsa introspección evitan que veamos lo que tenemos delante de nuestros ojos.
¿Que por qué lo se?  Porque conozco a varios de ellos.

En estos días en que el calor aprieta y las noches asfixian, las calles de la ciudad están repletas de plumas de diversos pájaros urbanos que necesitan mudar su recubrimiento.  Pocos se dan cuenta, pero es algo evidente. Salid fuera, salid y mirad.  Y fijaos bien porque encontraréis otro tipo de plumas. 
Son plumas que no se degradan con el paso del tiempo, si no que se transforman en oxígeno reparador.  Plumas suavemente rugosas que al tacto ofrecen una historia diferente, de amor compartido y buenas obras.  Cada una de ellas contiene impreso en su adn un relato que hizo feliz a alguien.

Porque efectivamente, los ángeles existen a nuestro lado, seres “celesterrenales” cuya existencia se rige por la ayuda desinteresada a quien lo necesita.  Su sangre fluye porque el amor la mueve, su mirada es limpia como un mar sin fondo o un cielo sin nubes, y sus alas magníficas capaces de surcar el infinito reduciéndolo a un microsegundo también necesitan ser mudadas, para renovar con cada una de sus plumas el aire que mueven y les hace respirar.

Cuando salgáis a dar un paseo cerrad los ojos un momento, haced un par de respiraciones profundas y conscientes y volved a abrirlos lentamente.
Ahora mirad y sorprendeos.

 

Juan Carlos Pascual

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